Mucho Macho..
Se podía sentir la carga de una noche de luna llena al margen de la Quebrada Fría.
Toda esta luz obligaba a los vecinos a probar sus suertes. Se haría mas fácil casar esta noche. Pero, el no seria el único pretendiente, o tal vez marca, esta noche. {Un ciempiés lo retara cuando salga de la cueva.}
En la distancia se escuchaban las rumiaciones del ganado, picando en la iluminada oscuridad el pasto fresco surgiendo de las ultimas lluvias. Y las voces de la comunidad de las buruquenas y los ronquidos de los salpiches retumbaban en las rejollas de la Quebrada Chica que corría con intención nueva al caer en La Charca.
Había llegado hasta este punto basando sus sentidos en las claves que le había propuesto la Grulla Blanca: “Baja la ladera en cuanto llegues al árbol de Reina de las Flores, donde el codo del Sendero empieza a bajar hasta la quebrada Chica. Con sobriedad y sigilo, evita despertar los cien pies en sueno debajo de la hojarasca. Cuando llegues al margen de la corriente sutil, estarás en medio de las posas de La Gata.
Allí, encontraras una posa donde los rayos de la Luna Llena marcaran el portal hacia la cueva de la Salamanquesa. Sumérgete allí, en el reflejo de la luna misma, y nada hasta el fondo. Bajo una roca, descubrirás un hueco. Tendrás que superar el túnel acuático que se dirige hacia la otra orilla. Al emerger, podrás respirar en un templo anterior subterráneo. Si consigues completar los retos que de ahí se realizaran, podrás llegar al templo superior de la Salamanquesa, donde podrás proponer tu necesidad. Dependiendo de tu intención sincera y tu perseverancia, seria posible que la Salamanquesa te confíe su apoyo.”
Mucho Macho aproximo la posa en la quebrada sigiloso, inquieto y, sobre todo, preocupado de que cada próximo paso le llevaría mas cerca a cumplir su misión, o a la ruina.
Sin lograr conseguir la esencia de la Salamanquesa Mística, no habría posibilidad de que Aldi recuperara sus alas — y con ello su habilidad de ser el Cantor A Las Flores.
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